03 abril, 2007

Historias andantes

Hace un par de días, me encontré en la universidad con una colega. No recuerdo la vez anterior que nos encontramos, pero seguro es, que pasaron varios meses.

Nos saludamos y al despedirse, en 5 intensos minutos me contó lo sgte:
- "soñé con tu mamá y contigo"

- "he soñado más veces con tu mamá"

- "las recordé mucho para navidad y año nuevo"

Después de una seguidilla de mis preguntas, continuó:

- "a mi mamá le detectaron un cáncer cerebral"

- "renuncié a mi beca en España, estoy cuidándola a ella"

- "aun no se pronuncian los signos, pero esta en tratamiento"

- "ahora estoy tranquila..."



La conocí mientras realizabamos una práctica en un laboratorio de la universidad. Recuerdo que hacíamos un recuento de células, cada una trabajaba en su microscopio y comenzó nuestra plática...y la comunicación. Hablamos de lo humano y lo divino, de las penas, la familia, las mascotas, la universidad y de seres amados. Y en el traspaso de historias, intercambiamos visiones, ánimos y consejos.


Un día me propuse ser cazadora de historias; andaría por el mundo escuchando lo que mis días no han tenido. Que extraño fue, ver traslapada mi historia en la suya; como transeunte al amanecer, cual hoja que cae en el silencio del viento.


En mi rincón queda su indescifrable mirada , una resignación desconocida y el reproche a mi desidioso esmero...

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