Día de septiembre, día pre-primaveral. Días en que ella me vino a visitar. Días cálidos, claros, brillantes, calmos, nacientes flores de ciruelo, inocentes, felices.
Ibamos sentadas en los asientos traseros del colectivo que iba doblando por una avenida principal. Queriamos comprar frutas, ella quería comerlas, yo quería que las disfrutara.
En ese momento, la fuerza de la curva me empujaba sobre ella, puse mi mano en el espacio del asiento que quedaba entre ambas, y mientras me sostenía, me preguntó:
- cuál es tu fruta favorita?
- sandía y mango -respondí con ternura- y la suya?...
- ahh! no! no! -me precipité y apresurándome a proponerle con ansiedad le dije:
- yo sé cual es su fruta favorita -con toda mi certeza se lo afirmé.
Su mirada fue bondadosa, con ojos de madre enamorada, y yo, yo le miraba más enamorada.
Su risa amplia y condescendiente me dijo:
- no, estoy segura de que no la sabes.
Reí a carcajadas, estaba tan segura que lo sabía, completamente segura.
Volví a reir y con nerviosismo y expectación de su expresión le contesté:
- a ud. le gusta mucho el melón tuna; pero su fruta favorita -y la apunté con mi dedo- no la come mucho, porque le provoca jaquecas -volví a reir para alargar su suspenso- ...su fruta favorita es...el plátano!
Recibí besos, abrazos y más besos.
- mi niñita, que se sabe los gustos de la mamá!!! -con toda su dulzura y amor.
Ella estaba realmente sorprendida y yo orgullosa de mi acierto.
Mientras comprabamos fruta, me preguntó que cómo lo pude descubrir, pues el plátano ella nunca lo comía -era cierto, le daban jaquecas- más risas le di.
Le gustaba el helado de piña...le gustaban los libros, las acelgas, las ensaladas de morrón...acostarse temprano, los atardeceres...conversar con mis amigos, mirar desde el balcón el anochecer...le gustaba...le gustaba...
Es curioso, cuando se fue, recordé que nunca supe su color favorito...hasta hoy me pregunto cual fue...
